Investigadores del Instituto Cajal-CSIC han descubierto que los receptores de dopamina D3 y D1 activan por separado la motivación y el refuerzo en el cerebro, desafiando el dogma previo sobre su funcionamiento conjunto. Este hallazgo, publicado en Nature Neuroscience, revela que el receptor D3 está relacionado con la motivación, mientras que el D1 se asocia al refuerzo de comportamientos. Este nuevo modelo podría tener implicaciones significativas para tratar trastornos neuropsiquiátricos como adicciones y depresión, donde la regulación de estos procesos es crucial.
Un reciente estudio ha revelado funciones distintas de los receptores D3 y D1 en el sistema de recompensa del cerebro, un hallazgo que marca un cambio significativo en la neurobiología de la dopamina. La Dra. Rosario Moratalla, directora del grupo de Neurobiología de los Ganglios Basales en el Instituto Cajal-CSIC de Madrid y co-líder de la investigación, explica que “hasta ahora, el dogma predominante sostenía que los circuitos estriatales, incluyendo los del núcleo accumbens, se organizan a través de la expresión diferencial de los receptores de dopamina D1 y D2 en distintos tipos de neuronas”.
El trabajo, publicado en Nature Neuroscience, cuyo primer autor es Juan Enríquez Traba, demuestra que el receptor D3 está relacionado con efectos específicos sobre la motivación, mientras que el receptor D1 se asocia con el refuerzo conductual. Este estudio establece un nuevo modelo donde cada receptor impacta diferentes procesos funcionales dentro de una misma neurona.
Se creía que los receptores D1 y D3 desempeñaban funciones similares en el núcleo accumbens, una región crucial del sistema de recompensa. Sin embargo, investigaciones previas lideradas por Moratalla habían demostrado que estos dos receptores actúan sinérgicamente para potenciar el movimiento en tratamientos para la enfermedad de Parkinson.
A diferencia del caudado-putamen, este nuevo estudio indica que “aunque los receptores D1 y D3 se expresan conjuntamente en las mismas neuronas del núcleo accumbens, median acciones distintas”, señala Moratalla. Así, mientras el receptor D3 está vinculado a la motivación, el receptor D1 se relaciona con el refuerzo. Esto sugiere que la dopamina puede activar tanto la motivación como el refuerzo desde una misma neurona.
La motivación y el refuerzo son procesos complementarios esenciales para la supervivencia humana. La motivación impulsa acciones ante estímulos sensoriales específicos para satisfacer necesidades básicas como alimentación o seguridad. En este contexto, la dopamina juega un papel clave al inducir tanto la energía necesaria para actuar como el refuerzo que aumenta la probabilidad de repetir esas acciones.
Los modelos tradicionales sobre la función de la dopamina han estado basados en la segregación de los receptores “D1” y “D2” en diferentes tipos celulares del núcleo accumbens. Sin embargo, este nuevo enfoque redefine cómo se regula esta señalización dopaminérgica y destaca las capacidades únicas del circuito límbico para dirigir aspectos diferenciables del comportamiento relacionado con recompensas.
Los hallazgos abren nuevas líneas de investigación sobre cómo estos mecanismos pueden influir en trastornos neuropsiquiátricos y guiar el desarrollo de tratamientos más efectivos para condiciones como adicciones y depresión. Estas conclusiones son parte integral de la tesis doctoral de Juan Enríquez Traba, codirigida por Moratalla y el Dr. Hugo A. Tejeda del Instituto Nacional de Salud Mental estadounidense.
El núcleo accumbens no solo media comportamientos relacionados con recompensas; también actúa como un nexo entre cognición, emoción y acción. La dopamina regula decisiones al coordinar motivaciones con acciones necesarias para alcanzar metas deseadas.
Desajustes entre motivación y esfuerzo están relacionados con numerosos trastornos neuropsiquiátricos. Por ejemplo, en situaciones de adicción hay una motivación excesiva; mientras que en casos de depresión se observa un escaso refuerzo ante conductas placenteras. Este estudio también aclara cómo diferentes velocidades en la liberación de dopamina afectan a estos procesos.
Aunque realizado en roedores, se espera que estos descubrimientos sean aplicables a humanos debido a similitudes en comportamientos relacionados con recompensas. Los receptores D3 y D1 emergen como potenciales dianas terapéuticas frente a trastornos donde las conductas relacionadas con recompensas están alteradas.
La investigación revela que los receptores D3 y D1 de la dopamina en el sistema de recompensa del cerebro activan por separado la motivación y el refuerzo, desafiando el dogma anterior que sostenía que ambos receptores cumplían funciones similares.
El receptor D3 está implicado en la mediación de la motivación, mientras que el receptor D1 se encarga del refuerzo. Esto significa que una misma neurona puede orquestar estos dos procesos diferenciados gracias a la acción de la dopamina.
Los hallazgos abren nuevas vías para investigar tratamientos más eficaces para trastornos como las adicciones y la depresión, donde están alteradas las conductas de recompensa. Los receptores D3 y D1 son considerados dianas terapéuticas potenciales.
La velocidad de liberación de dopamina influye en cómo se activan los receptores: el receptor D3 detecta componentes más lentos (tónicos) relacionados con la motivación, mientras que el receptor D1 responde a aumentos rápidos (fásicos) asociados con el refuerzo.
El estudio se llevó a cabo en roedores, pero se espera que los resultados sean aplicables a mecanismos generales de neuromodulación en humanos debido a similitudes en los comportamientos de recompensa entre especies.